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🤯 Cansados de promesas
Regalo de Navidad o demora?

Edición N°86
Las locuras de la Semana
Creció más que nadie🎢💸
Si alguien pensaba que ya había visto todo en finanzas digitales, que se agarre . Los mercados de predicción on-chain pasaron de ser una rareza cripto a convertirse en uno de los sectores financieros de mayor crecimiento del planeta, con números que parecen sacados de una película de ciencia ficción tipo Matrix o Minority Report 🧠🔮.

En solo dos años, el volumen mensual explotó de menos de 100 millones de dólares a más de 13.000 millones, una locura absoluta. Estamos hablando de un crecimiento de 130 veces desde 2024, algo que ni las startups más hypeadas de Silicon Valley pueden mostrar sin ponerse coloradas 🚀🔥.
Para marketineros y emprendedores digitales esto es oro puro: estos mercados no crecen por moda, crecen porque transforman la información en decisiones accionables en tiempo real. Política, economía, tecnología, ciencia… todo se convierte en data viva que se ajusta segundo a segundo, como un termómetro colectivo del mundo 🌍📊.
En 2025 el gran empuje ya no viene solo del deporte. Economía multiplicó su volumen por 10, tecnología y ciencia por 17, y el interés abierto también voló. Plataformas como Kalshi y Polymarket muestran que la gente confía más en mercados predictivos que en modelos tradicionales, porque acá hay piel en el juego: si acertás, ganás; si fallás, perdés 💰⚖️.
Y ojo con este dato, porque es el corazón de todo: la precisión ronda entre el 90% y el 95%, con métricas que superan a modelos económicos clásicos y hasta anticipan resultados con cientos de días de ventaja ⏳🎯. No es magia, es incentivo económico bien diseñado.
Polymarket, por ejemplo, supera a los deportes en política por más de 400%. Kalshi muestra mercados de inflación hasta 4 veces menos volátiles que modelos oficiales. Esto no es solo apostar: es inteligencia colectiva organizada, casi como si millones de cerebros estuvieran conectados en red al estilo Avengers 🧩🦸♂️.

El regreso oficial de Polymarket a Estados Unidos y la inversión de 2.000 millones de dólares del dueño de la Bolsa de Nueva York confirman algo clave: esto dejó de ser un experimento cripto y pasó a ser infraestructura financiera seria. CNN, CNBC y Yahoo Finance ya miran estos mercados como fuente de señal, no como curiosidad mediática 📺📈.
Para emprendedores digitales, la lección es clarísima: el futuro no es solo datos, es incentivos alineados que convierten opiniones en probabilidades confiables. Para marketers, esto abre una nueva forma de leer tendencias, anticipar comportamientos y entender hacia dónde se mueve la atención global antes que nadie 🧠✨.
En resumen: los mercados de predicción crecieron más que nadie porque resolvieron algo esencial: transformar incertidumbre en información útil. Y cuando eso pasa, el crecimiento deja de ser una sorpresa y se vuelve inevitable 🌊🔥.
Chau chau a los taxistas 🚕🤖
Lo que hace unos años parecía una escena descartada de Black Mirror o una secuencia perdida de Volver al Futuro, hoy ya está pasando en la vida real 😳⚡. En Austin, Texas, un Tesla Model Y fue visto circulando solo, sin nadie al volante, sin copiloto, sin “por las dudas” humano. Y no, no era un truco ni una demo armada para inversores: Elon Musk lo confirmó. Tesla ya está probando robotaxis completamente autónomos 🚘🧠.
Durante más de una década nos vendieron el futuro del transporte como un tráiler eterno 🎬: “ya falta poco”, “el año que viene”, “ahora sí”. Waymo, Zoox, Cruise… todos avanzaban, pero con red, con supervisión, con el freno de mano puesto. Tesla decidió pisar el acelerador 🔥. Sacó al monitor humano del auto y dejó que la IA se enfrente sola al caos urbano: peatones distraídos, semáforos, calles raras y errores humanos por todos lados.
Para quienes hacen marketing o construyen negocios digitales, esto no es solo tecnología: es un cambio de narrativa brutal 📢. Pasamos de “algún día” a “ya está pasando”. Musk venía prometiéndolo desde septiembre, después octubre, después noviembre… y ahora, aunque sea en fase de prueba, cumplió. El jefe de IA de Tesla lo resumió con una frase digna de póster motivacional tech: “Y así comienza” 🚀.
¿Hay polémica? Obvio. Hay informes de intervenciones frecuentes, datos de accidentes y reguladores mirando con lupa 👀⚠️. Waymo, por ejemplo, juega al ajedrez clásico: lento, regulado, más de 450.000 viajes pagos por semana. Tesla juega al póker: menos autos, más riesgo, más show. Hoy tiene unos 31 robotaxis activos en Austin, muy lejos de los 500 que Musk prometió… pero el mensaje ya está claro.

Lo verdaderamente importante —y acá está el punto clave— es que Tesla está empujando los límites de lo aceptable mucho más rápido que el resto. Cada auto sin conductor en la calle reconfigura la confianza social, aprieta a los reguladores y acelera una carrera donde la IA deja de ser una promesa y se convierte en experiencia real 💥.
Para emprendedores digitales, esto es una masterclass en posicionamiento: no gana solo el que tiene la mejor tecnología, sino el que se anima a mostrarla en acción. Tesla no espera consenso, lo fuerza. No pide permiso, prueba primero. Y en ese movimiento, redefine industrias enteras, desde el transporte hasta el modelo mental con el que entendemos la automatización.
Así que si algún día viajás a EE. UU. y ves un auto pasar sin conductor, sin taxista, sin Uber, sin nadie… no es magia, no es ciencia ficción y no es marketing exagerado 🎥✨. Es el presente diciéndonos que el futuro llegó antes de lo esperado. Y como siempre, llega incomodando a más de uno 😎🚦.
Rendidos ante la IA 🤖🎶
Lo que hasta ayer era juicio, miedo y denuncias por copyright hoy es alianza estratégica digna de plot twist de Netflix 🍿. Warner Music Group bajó la guardia, levantó el pulgar y firmó un acuerdo histórico con Suno, la app viral que crea canciones con inteligencia artificial. Sí, la misma que estaba en la mira de las discográficas ahora pasa a jugar en primera división 🎧🚀.
El mensaje es clarísimo para cualquiera que esté mirando el negocio digital de cerca: si no podés frenar la ola, aprendé a surfearla 🌊. Warner entendió que la música generada por IA no es una amenaza pasajera, sino una nueva infraestructura creativa. Y decidió entrar al juego con reglas propias.

El acuerdo permite algo que hasta hace poco parecía ciencia ficción tipo Black Mirror: crear música con IA usando voces reales de artistas, pero de forma licenciada, controlada y con consentimiento. Los artistas que quieran podrán prestar su voz, su imagen y hasta su identidad creativa para que otros creen canciones originales basadas en eso 🎤✨. No copias, no deepfakes salvajes, sino nuevos modelos entrenados con material autorizado.
Y acá viene el giro de negocio que a marketineros y emprendedores digitales les debería prender todas las alarmas 🔔💡: se termina la joda del todo gratis. Los nuevos modelos que lance Suno junto a Warner en 2026 van a requerir cuentas pagas para descargar música, con límites mensuales y pagos extra si querés más. Monetización directa, escalable y con copyright blindado 💸📈.

Esto cambia completamente el tablero. Suno deja de ser solo una app viral y pasa a ser una plataforma creativa profesional. Warner, por su parte, convierte un problema legal en una nueva fuente de ingresos y control. El contenido ya no se pelea: se licencia, se empaqueta y se vende 🔐🎼.
No es casualidad que Warner también haya firmado acuerdos similares con Udio y que haya transferido Songkick a Suno. El movimiento es más grande que una app: están armando un ecosistema donde la IA crea, el humano dirige y la empresa cobra. Iron Man con traje nuevo, básicamente 🦾🎵.
Para quienes construyen marcas, productos o audiencias, la lectura es directa: la creatividad asistida por IA ya no es un experimento, es un modelo de negocio validado por gigantes. Y el que entienda primero cómo integrarla, cobrarla y escalarla, va a jugar varios años adelantado ⏩🔥.
La industria musical no se rindió: se adaptó. Y cuando eso pasa, no es el final de una era… es el comienzo de otra mucho más grande 🌍🎶.
¿Piensa en los niños o no tiene nada? 🧸🤖
Plot twist digno de Toy Story pero versión Silicon Valley 🎬: Mattel, la empresa detrás de Barbie, Hot Wheels y medio recuerdo de la infancia de millones, apretó el freno de mano y dijo “por ahora no” a los juguetes con IA de OpenAI. Justo antes de la temporada navideña, cuando todo se vende, decidieron no lanzar nada. Silencio total en góndolas inteligentes 🎁❌.
El motivo no es técnico ni financiero. Es reputacional, social y estratégico. La reacción negativa fue tan fuerte que Mattel prefirió pausar antes que incendiar la marca 🔥. Y acá hay una lección enorme para cualquiera que construya productos digitales: no todo lo que se puede lanzar… conviene lanzarlo.

En los últimos meses, el mundo vio cómo algunos juguetes con IA se iban completamente de pista 🎢: desde enseñar a usar cuchillos y prender fuego, hasta hablar de política internacional o temas totalmente inapropiados para chicos. Todo eso con voces “amigables”, tono dulce y apariencia inofensiva. Black Mirror versión guardería 😬📺.
Ante ese contexto, Mattel salió a aclarar algo clave: no habrá juguetes con IA para niños pequeños, y cualquier futura “experiencia con OpenAI” estará enfocada en públicos más grandes, mayores de 13 años, con énfasis en seguridad, privacidad y uso responsable. Traducción business: primero cuidamos la marca, después vemos el feature 🚦.
Para marketineros y emprendedores digitales, esto es oro puro 🧠✨. La IA no solo se mide por lo que hace, sino por cómo impacta emocional y socialmente en el usuario final. Cuando el usuario es un niño, el margen de error es cero. Y cuando el público percibe riesgo, no hay campaña que lo arregle.
También aparece otro punto incómodo pero real: la confianza en la tecnología está en revisión. Padres, reguladores y medios ya no compran el discurso de “innovación por innovación”. Hoy se pregunta: ¿esto suma o reemplaza? ¿acompaña o interfiere? ¿educa o confunde? 🧐⚖️

Mattel no canceló el futuro, solo lo puso en pausa. Pero el mensaje quedó clarísimo: la IA en productos sensibles necesita timing, límites y narrativa correcta. No alcanza con decir “es increíble”, hay que demostrar que es segura, útil y humana en el buen sentido 🤍🤖.
En un mundo donde todos quieren ser los primeros, Mattel eligió algo poco sexy pero muy inteligente: no ser el primero en equivocarse. Y eso, para marcas gigantes y proyectos digitales por igual, también es estrategia 🚀🧸.

LOCURA TOTAL !!!!
El 202 ya empezó en la agencia y pronto les tendremos un monton de noticias para todos nuestros espartanos C.A.D.I.
¿ESTAS LISTO PARA LO QUE SE VIENE?


Otra promesa sin cumplir 🤖⏳
Otra vez Elon. Otra vez la AGI. Otra vez el calendario corriéndose un poquito más para adelante 📆😅. El creador de Tesla, SpaceX y ahora xAI volvió a decir que la Inteligencia Artificial General llegará en 2026, apenas un año después de haber prometido exactamente lo mismo… pero para 2025. Y antes, para 2024. Y así seguimos 🎢.
Para ponerlo en contexto tipo serie de Netflix: la AGI es ese “nivel final” de la inteligencia artificial 🧠✨. No un chatbot más rápido, no un generador de imágenes más prolijo. Estamos hablando de una máquina que razone, aprenda y se adapte como un humano… o incluso mejor. El Santo Grial de la industria tech 🏆.

En una reunión interna de xAI en San Francisco, Musk tiró la bomba 💣: dijo que hay chances reales (un 10%, según él) de lograr AGI en 2026. Pocas probabilidades, sí. Pero suficientes para titulares, inversores atentos y timelines explotados en X 🚀📱.
El problema —y acá viene lo interesante para marketineros y emprendedores digitales— es el patrón. Musk promete en modo épica de superhéroe, pero entrega en modo “se retrasó la temporada” 🦸♂️➡️⌛. No es la primera vez. En 2024 ya había asegurado que la AGI llegaría “el año siguiente”. Spoiler: no pasó.
Mientras tanto, se mezclan conceptos como AGI, superinteligencia artificial, centros de datos en el espacio 🛰️ y planes a décadas vista. Todo suena increíble, cinematográfico, digno de una keynote con luces azules y música épica 🎶💡. Pero en la práctica, la AGI sigue siendo más una promesa narrativa que un producto real.
Y acá está la clave: la AGI se convirtió en el mejor argumento de venta del sector. Sirve para atraer capital, justificar valuaciones astronómicas y mantener viva la sensación de que “lo más grande todavía no llegó” 💰🔥. Microsoft, OpenAI, Google, xAI… todos juegan el mismo juego.
Eso sí: el riesgo está latente ⚠️. Cuando el discurso va más rápido que la tecnología, aparece la burbuja. Y cuando la burbuja se infla demasiado, ya sabemos cómo termina 🎈💥. Para quienes construyen marcas, productos o startups alrededor de la IA, esta historia deja una lección clara: no alcanza con prometer el futuro, hay que entregar valor en el presente.
La AGI puede llegar en 2026, en 2030 o dentro de 20 años. Nadie lo sabe realmente. Lo que sí sabemos es que Elon Musk volvió a prometer cambiar el mundo… y el mundo, por ahora, sigue esperando 👀🤖.
Mientras tanto, la IA real —la que hoy vende, optimiza, automatiza y genera negocio— sigue avanzando paso a paso. Sin épica interplanetaria, pero con resultados concretos. Y en ese terreno, no gana el que promete más fuerte, sino el que ejecuta mejor 🚀📊.
¿Cual crees que gane?
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